Se dice que todos nacemos temiendo dos cosas: miedo a caerse y miedo a ruidos fuertes. Lo demás lo aprendimos de nuestro medio ambiente.
El miedo a la arañas, a las alturas, a las suegras, a los ascensores, a Bill Cosby, a los lunes por la mañana, a los malditos gatos, a ese tío que insiste en abrazarte sudado, etc… Todos son comportamientos aprendidos, sea por sucesos personales o por experiencias ajenas.
Ahora, en cuanto a nuestro crecimiento personal, hay 4 miedos universales que tienden a estancarnos.
1- Miedo al Cambio
El cambio no solo es necesario; es inevitable. ¿Te imaginas si todo se quedará igual? El mismo trabajo. El mismo salario. La misma tarea. La misma posición (tema lo dejo a tu imaginación). El mismo conocimiento. No se tu, pero yo me volvería loco.
Hasta la naturaleza está diseñada para evolucionar. Solo mira una semilla de girasol. Si la siembras, crece. Si no, se pudre y muere. Lo mismo lo puedes aplicar a tu vida – o te adaptas y creces o te quedas y mueres.
2- Miedo al Fracaso
¿Quieres saber quiénes no le temen al fracasó? Los que nunca intentan nada nuevo. Fuera de eso, este es un miedo que nunca se va, no importa quien seas o en que nivel estés. Lo bueno es que lo puedes usar para tu beneficio.
Por ejemplo, el miedo al fracasó te puede llevar a ser el mejor en tu área. ¿Por qué? Porque te obliga a dar el máximo para cometer los menos errores posibles. Por ende, te mueve hacia la excelencia.
Eso no quiere decir que nunca vas a meter las patas. Pues claro que te vas a caer. Es más, yo tú me voy comprando rodilleras desde ahora. Lo importante es que te levantes, y que encuentres las lecciones dentro de tus fracasos.
3- Miedo a ser Criticado
Te reto a que encuentres algún monumento creado en honor a algún crítico. Dale, yo te espero…
Si la vida fuese un juego, podríamos asumir que el exitoso es el atleta y el crítico es el fanático que solo observa desde las gradas. Míralo de esa manera y jamás te afectará las opiniones negativas de los que no tienen los pantalones para salir a jugar.
Siéntete orgulloso cuando alguien trate de derrumbarte. Si los estás irritando, definitivamente estás haciendo algo bien. Tu trabajo es ser tú y lograr tus metas. Fuera de eso, que le lleven sus críticas a su abuela.
4- Miedo al Éxito
¿Que, queeeeeeeeeeeee? ¿Miedo al Éxito? ¿Yo? Creo que Juancho se está automedicando.
Así es compatriota. Temerle al Éxito te mantiene chiquitito porque te enfoca en lo que pierdes en vez de lo que ganas. En otras palabras, miedo al éxito no es otra cosa que una excusa para quedarnos donde estamos.
Pensamos que no lo merecemos. Que no podremos con las nuevas responsabilidades. Que nos transformaremos en esos pendejos comemierdas que tanto criticamos. Que perderemos libertades o que nuestros amigos se molestarán.
Esto (inhalo profundo) es absurdo!
El éxito no cambia a la gente: los amplifica. O sea que si eres un idiota, el éxito solo resaltará tu idiotez (¿?) Por el otro lado, cuando la gente buena crece, se beneficia todo el que le rodea.
Así que no le temas al futuro. Concéntrate en ser una mejor versión de ti y lo demás caerá en su sitio.
Juancho