¿Estás Listo para Vivir desde el Final?
Mi historia comienza a mediados del 2004…
Esa época fue una llena de retos y dificultades. Me convertí en padre por primera vez, mi trabajo como músico se estaba convirtiendo en un estorbo, y después de 7 años finalmente terminaría mi bachillerato en Biología.
Al igual que muchos, yo no siempre fui una persona súper enfocada. Pero las situaciones literalmente me llevaron a evaluar mis posibilidades para una mejor vida. Fue ahí donde decidí seguir mi sueño de convertirme en un propagandista médico – meta difícil de alcanzar dadas las circunstancias. Resulta que gracias a la reciénte crisis económica las farmacéuticas del país estaban despidiendo a decenas de empleados, lo que traducía en pocas posiciones y muchísima competencia. O sea que por cada puesto habían por lo menos 20 peleándose por el. Personas con más educación, experiencia y conexiones que yo.
Dado el caso intenté moverme hacia algo más “seguro,” pero en mi cabeza no había espacio para otra cosa. Para mí, “ya era un propagandista,” y solo faltaba la oportunidad para demonstrarlo. Ahí fue cuando me moví de tener una simple meta a vivir con un final claro en mente.
Recuerdo que antes de acostarme siempre fantaseaba sobre cómo sería mi día siendo un representante médico. Me imaginé dando charlas, hablando con los médicos, contando muestras, asistiendo a seminarios, y hasta escuchaba a mis amigos y familiares felicitándome por el logro. Lo hice tanto que durante el día me sentía como si esto fuese cierto.
En vez de enfocarme en las dificultades o en ver mi meta como algo distante, decidí hacer lo contrario y asumir que lo lo había logrado. Gracias a eso mis ideas y mis acciones se alinearon con mis deseos. Así que me puse las pilas y envié decenas de resumes, establecí nuevos contactos, estudié varios libros sobre ventas médicas, ptactiqué el proceso de entrevistas, y actué en cuanta oportunidad se me puso por delante. Mi fe era tan inquebrantable que me sentí obligado a prepararme para recibir mi milagro.
Ahora es que la cosa se pone interesante…
Luego de 5 laaaargos meses sin señales de progreso, me llegó una extraña idea diciendo, “Juancho, ¡coge el teléfono y llama!”.
Como no tenía otras opciones, agarré el directorio telefónico y llamé a cada una de las farmacéuticas enlistadas – a todas.
Así fue como me recibieron: “No hay posiciones.” “No llenas los requisitos.”’ “No se ofrecen puestos por teléfono.” “No tienes experiencia,” “Estas en la carrera equivocada” “Necesitas subir tu promedio” “Aquí contratamos internamente.” “Deberías estudiar otra cosa.” “No pierdas tu tiempo.” Etc, etc, etc…
Al segundo día, una de estas compañías me citó para una entrevista pues resulta que recientemente les renunció un empleado en medio del proceso de adiestramiento, y ahora necesitaban a alguien que pudiese cubrir su territorio. ¿Y a que no adivinas quien llenaba los requisitos?
Y así fue… Luego de casi 6 meses de dificultades e incertidumbre terminé convertiendome en propagandista medico usando las páginas amarillas. Y no hubo economía o competencia que lo evitara.
Este método de vivir desde el final lo he usado para conseguir el carro que deseaba, para mejorar mi salud, para aumentar mis ingresos, y para muchas otras cosas más.
¿Quieres saber como se hace?
Es sencillo: Primero identifica lo que más deseas alcanzar en el mundo. Después que sepas lo que quieres visualízate siendo la persona que deseas ser. Como el final de una película, imagínate ganando la carrera o escuchando a tus amigos felicitándote por comprarte el carro que querías. Usa tus sentidos y hazlo lo más real posible. Puedes hacerlo mientras meditas o cuando estés listo para acostarte. Luego, durante el dia tu trabajo es cargar con esa sensación de gratitud y satisfacción sabiendo que lo tuyo está por llegar.
“Acepta que Eres la Persona que Deseas Ser”
Vivir con el final en mente no es otra cosa que abandonarte por completo a la idea de que tu meta te pertenece. Emocionalmente deber vivir como si tus sueños ya fueron realizados o están por suceder sin ponerte a contemplar las piedras del camino.
El actor Will Smith lo hacía. Will recuenta que antes de entrar a Hollywood él siempre se veía como un actor categoría A. Y el que otros no lo vieran era completamente irrelevante para él. Por eso no solo dio el máximo sino también atrajo a personas y situaciones que lo colocaron en la cima que hoy se encuentra. Todo porque asumió que era lo que deseaba ser.
¿Quieres ser supervisor de tu compañía?
Pues piensa y actúa como supervisor desde ahora, no solo cuando exista la posición o cuando estés preparado. Vístete con esa intención y no pierdas tú tiempo contemplando un plan B o un plan C. Como un actor, imita a alguien que admires y entra a tu oficina proyectando todas esas cualidades que posee una persona excepcional. Entra en el estado del deseo realizado y te aseguro que eventualmente lograrás lo que quieres, sea dentro o fuera de tu compañía.
Mira, la vida es tan obediente que te permite vivir como la víctima o el héroe – eso lo decides tú. Haz el experimento y asume que ya eres esa persona feliz, creativa, abundante y carismática que deseas ser.
Carga esa fragancia de éxito en todo lo que haces y constantemente visualízate viviendo tu nueva vida. Acuéstate cada noche imaginándote a tus amigos felicitándote por tus logros o recibiendo ese premio. Imagínate conduciendo ese carro o asume que estas acostado en la cama de tu nueva casa. Hazlo hasta que se sienta normal y luego actúa en las ideas o las oportunidades que lleguen, por más estúpidas o extrañas que parezcan.
Lo que te quise traer con esta trilogía sobre la Ley de Atracción es que realmente nunca existió ningún secreto.Muchos grandes maestros nos han tratado de educar sobre la importancia de nuestra imaginación. Escúchalos. Investiga sobre el proceso. Asume que eres la persona que deseas ser y no te dejes desviar por lo que ven tus ojos.
La mente puede ser tu ventana hacia el futuro siempre y cuando la usas adecuadamente. No te definas por los eventos del pasado o por las limitaciones del presente y vive como si fuera imposible fracasar. Haz tu parte y deja que Dios haga la suya.
¡Vive desde el final!
Juancho
“Por tanto, les digo que todo lo que pidas en oración,
cree que lo recibiste, y lo tendrás.” – Marcos 11:23